Tradición, práctica social, abuso o crimen…!!! Como debemos entender y interpretar el rito ancestral de la mutilación de clítoris de niñas por el mundo. Aun cuando cada nación tiene su forma de ser, sus leyes, tradiciones, reglas sociales-morales que continúan y se respetan con el paso de los años, esta práctica ancestral es una de las tradiciones africanas, orientales y Israelita más antiguas y difíciles de entender para muchos de nosotros.

El rito ancestral de la mutilación de clítoris, se sigue practicando hoy en día en la mayoría de países de africanos y en Israel. Esta práctica se conoce y dan varios nombres que simplemente son otras formas de calificar el más terrible acto de mutilación que puede sufrir una mujer: “purificación” o “circuncisión femenina”.

En áfrica dos millones de niñas son mutiladas anualmente, lo que denota una cifra de 135 millones de mujeres que viven con este trauma, “afortunadas” por no haber muerto por infecciones causadas por la mala praxis y las horrorosas condiciones higiénicas en las que se realiza la ablación.

Estos actos vistos y considerados violentos afectan a la salud de la mujer causando un trauma especialmente cuando el acto de la mutilación genital femenina se suscita. Esta práctica atroz las persigue por el resto de sus vidas, además de ir en contra de los derechos humanos, y derecho de las niñas en las más altas condiciones geográficas y climáticas difíciles mundialmente.

Cada vez que realizo un tema de investigación de esta índole, se reafirma una vez más en mi mente lo mal que estamos como seres humanos. Como es posible que a estas alturas continuemos como animales sin razón permitiendo estos actos tan dolorosos, sin sentido en una sociedad moderna y avanzada en que vivimos.

Como puede ser posible que al iniciarse el rito este varía entre niñas de los 2 y los 12 años, la sociedad africana e Israelita aún práctica la ablación considera “impuras” a las mujeres a las que no se les ha cortado el clítoris, por lo que sufren marginación social; algo que pienso no es aceptable, es muy poco racional, injusto e inhumano. Como es que se margina a estas niñas, jóvenes de nuestra sociedad, si ellas mismas no han cometido ninguna maldad, error o crimen; quien es quien para juzgar, a mi parecer las personas que cometen o practican estos actos son abusadores menores que no se pueden defender, son criminales con creencias ancéntrales que en esta sociedad no deberían tener cabida.

Hoy por hoy en muy pocos casos la mutilación genital femenina es realizada por médicos especializados, pero en la mayoría de los casos lo practican mujeres de la misma tribu o comunidadque se han dedicado a este acto desde siempre y no tienen la mínima noción sobre higiene o anatomía, y mucho menos material quirúrgico. En muchos casos suelen practicar la ablación en el propio suelo, ni siquiera tienen los utensilios y medicamentos adecuados como anestesia, y mucho menos analgésicos o antibióticos.
El resultado de tal práctica bajo las condiciones anteriormente mencionada es:intensos dolores, alto riesgo de infecciones, continuas hemorragias y, a largo plazo problemas elevados urinarios y reproductivos causados por obstrucción en el flujo de orina y de sangre menstrual, cicatrices dolorosas y esterilidad, lo cual contribuye al trauma creado en la mente y vida de ese ser humano que sufre tal práctica atroz, costumbre o crimen que nunca dejara su vida…

El intérprete oficial de la ley islámica, el Gran Muftí de Egipto declaró prohibida la ablación por el Islam en junio de 2007. Esta práctica ancestral es originaria del Egipto faraónico y se extendió por el resto de África con el comercio árabe de esclavos. En el mundo árabe la mutilación genital femenina se practica poco, pero está muy extendida en Egipto, Eritrea, Etiopía, Somalia y en una gran área del centro oeste del continente.

“Para las personas que creen en esta práctica ancestral, tradicionalmente para ellos significa mantener la virginidad, asegurar el matrimonio y mantener bajo el control de la sexualidad femenina”.

Por lo tanto las mujeres se convierten en máquinas y utensilio que aseguran el ego, el machismo y la descendencia de sus maridos, se evita el placer sexual en sociedades en las que son los hombres los que controlan la vida de las mujeres, sobre todo en cuanto a virginidad, moralidad y matrimonio. También, en tiempos coloniales muchos países Europeos y de África y en regiones como Kenia utilizaron la ablación como forma de resistencia contra el poder colonial.

“Las cifras en Egipto, Etiopía, Kenia, Nigeria, Somalia y Sudán se reparten el 75% de los casos de mutilación genital femenina en el continente africano. En Djibouti y Somalia el 98% de las niñas están mutiladas, en Egipto, más el 95%”.Según UNICEF, se calcula que 70 millones de niñas y mujeres actualmente en vida han sido sometidas a la mutilación/ablación genital femenina en África y el Yemen. Además, las cifras están aumentando en Europa, Australia, Canadá y los Estados Unidos, principalmente entre los inmigrante procedentes de África y Asia sudoccidental.
La mutilación se puede hacer de varias formas, pero todas terriblemente dolorosas y peligrosas: o se corta la mitad superior del clítoris (“clitoridotomía”) o se corta todo él (“clitoridectomía”). Esto último se realiza sobre todo en África central y occidental. Pero esto no es todo, para terminar de “rematar la faena” se pueden eliminar total o parcialmente los labios mayores y menores y suturar (coser) la abertura vaginal dejando un mínimo espacio para la salida del flujo menstrual.
Esto se denomina “infibulación” o “circuncisión faraónica”. El 15% de las ablaciones practicadas en el norte de Sudán, Eritrea, Somalia y Etiopía oriental pertenecen al grupo de la infibulación. La ablación genital femenina constituye una violación fundamental de los derechos de las niñas.
Es una práctica discriminatoria que vulnera el derecho a la igualdad de oportunidades, a la salud, a la lucha contra la violencia, el daño, el maltrato, la tortura y el trato cruel, inhumano y degradante; el derecho a la protección frente a prácticas tradicionales peligrosas y el derecho a decidir acerca de la propia reproducción.
La ablación o mutilación genital femenina constituye una violación criminal de los derechos humanos de las mujeres, pues vulnera su integridad física y mental, su derecho a vivir libres de violencia y discriminación y, en casos extremos, su derecho a la vida.Estos derechos están protegidos por el Derecho internacional; claro esta que el camino es largo y arduo en la lucha contra esta práctica inhumana e injusta; y aun cuando la practica ancestral y tradición de mutilación de genitales de la mujer se considere actualmente por algunas personas y naciones como aceptable, realmente NO LO ES.
Se debe continuar educando y creando conciencia para erradicar la mutilación de genitales femeninos, esta práctica se debe cambiar, eliminar totalmente, y castigar con todo el peso de la ley. “HAY QUE HACERLO”.
Para TICOVISION
John Bisner Urena

http://www.ovid.com
http://www.jama.com
http://www.amnesty.org
http://www.who.org
http://www.fgmnetwork.org
http://www.unicef.org

Ver Película:
El día que nunca voy a olvidar (The Day I Will Never Forget), de la directora Kim Longinotto.